Durante la tarde de ayer en Peñíscola tuvo lugar el último día del novenario en honor a la Virgen de Ermitana y la procesión por las calles del casco antiguo. De vuelta al Santuario, en la Plaza de la Virgen, se celebró el canto de la Salve y la suelta de palomas a cargo del Club Colombófilo de Benicarló.
Al finalizar, la Plaza de Armas acogió la segunda actuación de las tradicionales Danses, con la participación de “dansants”, “llauradores”, “cavallets” y la representación de la segunda parte de danza batalla de “moros i cristians”, junto al Castillo. Un broche de oro lleno de emoción y tradición que fue coronado con el disparo de pirotecnia.